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El Camino de Santiago. El camino aragonés.
La vía tolosana penetraba en la península por el puerto de Aspe, según relata el códice calixtino, que también denomina summo portu a la actual división entre Francia y España, por la que discurría la calzada romana que unía el bearn francés con Zaragoza. Por esta vía caminaban hacia Compostela buena parte de los peregrinos centroeuropeos, franceses e italianos, así como los procedentes de oriente. De hecho, fue durante varios siglos paso predilecto de los romeros a Compostela, que elegían la hospitalidad de la ruta aragonesa a la inseguridad de Roncesvalles, donde los peregrinos eran frecuentemente asaltados y maltratados por los navarros. Con el tiempo, fue precisamente un rey de Navarra, Sancho el Mayor, quien se encargó de hacer desaparecer estos peligros y devolver el buen nombre a sus convecinos, que se habían ganado fama de rufianes entre los peregrinos.